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Sábado 21 de febrero de 2004

Suplemento Solidario
Publicado en la ed. impresa: Suplemento Solidario
Sábado 21 de febrero de 2004
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No videntes

Con la mirada de la solidaridad

El trabajo altruista que se desarrolla en la Asociación Argentina por los Derechos del Ciego

"Para los ciegos, los voluntarios suelen ser sus ojos", define el presidente de la Asociación Argentina por los Derechos del Ciego, Enrique García.

En esta asociación, que nació el 25 de agosto de 1946, se brinda información y orientación en todo lo atinente a la persona ciega. Hace gestiones de empleo y asesora en todo lo referente a la legislación que tiene que ver con esta condición.

En ella, el voluntario cumple un papel importante desde hace cincuenta años, cuando se armó el llamado Banco de Tiempo, primero en su época. Este Banco es un sistema donde se recluta al voluntario, que ofrece su tiempo para la tarea que éste elija.

La particularidad de esta tarea altruista dentro de la asociación, es su labor personalizada. La persona solidaria elige qué prefiere hacer; puede, por ejemplo, con el acuerdo entre el voluntario y la persona ciega, desde leerle, grabar textos (en especial para los estudiantes secundarios o universitarios), acompañarlo a realizar trámites diversos, hasta colaborar en la sede de la entidad en la lectura de la correspondencia y manejo de la computadora que poseen y que no está adaptada para personas no videntes.

Labor silenciosa

Para Enrique García, ésta es una labor silenciosa y abnegada, y contando que desde hace cincuenta años que colaboran "hacen un verdadero sacerdocio". Hoy, de los 120 voluntarios que forman el grupo estable de la institución, no todos tienen una ocupación activa, ya que al tratarse de un vínculo uno a uno, se cae en la cuenta de que sería bueno que muchas más personas ciegas conozcan este lugar para recurrir a él. Es una asociación totalmente gratuita, con su área de influencia hacia todo el país y la labor solidaria de los voluntarios depende, en este caso, de la mayor presencia y asistencia a las personas ciegas, que son los solicitantes.

El que entrevista a los postulantes a voluntarios es García, que afirma: "Hay que convencerse de que la acción del voluntariado es un proceso que se retroalimenta, donde la persona ciega es la receptora de un gran gesto solidario y el voluntario crece desde el punto de vista espiritual, porque brinda un servicio y es respetado en cuanto a su deseo, porque es él quien fija las reglas de juego, ayudando.

"Es cierto que antes contábamos con un grupo permanente de voluntarios, ya que no dependía tanto de la situación económica. Hoy, la realidad de las personas está atravesada por la precarización laboral y quizá alguien empieza a colaborar por consejo de un terapeuta, ministro religioso u otro, para ocupar el tiempo, pero si aparece un trabajo, lamentablemente, esta actividad se abandona.

"Nosotros no estamos al margen del contexto general. De todas formas, siguen quedando voluntarios desde hace de muchos años y todas las acciones son buenas."

Esta labor silenciosa, personalizada y profundamente solidaria, como lo es la tarea de todos los voluntarios, necesita que también se conozca la institución, para que las personas ciegas sigan contando con este lugar y más voluntarios puedan completar el ciclo del compromiso de caridad que necesita nuestro mundo para ser más humano.

Los interesados en acercarse a la Asociación Argentina por los Derechos del Ciego, para informarse o colaborar con esta institución, pueden dirigirse a Salta 470, PB "A", Capital, o por el (011) 4381-1847.

Inés María Correa

Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/574830

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